Oraciones de Protección
PROTECCIÓN CONTRA LOS ENEMIGOS Y TODO EL MAL
Las oraciones de protección comenzaron en el Jardín del Edén. Dios hizo la primera para Adán y Eva. Les habló como si dijera: «Adán, nombra a los animales». Adán necesitaba entonces hablar con Dios sobre la falta de encontrar una contraparte de género para él (Génesis 2:18-20). Eva era claramente comunicativa, y con acceso a otros dos seres sensibles en el jardín, hablaba con su marido y rezaba a Dios. Así, tenemos las primeras oraciones de protección.
Luego vino la serpiente. ¿Pero dónde estaba Dios cuando el Diablo tentó a Eva? Dios estaba de pie en el jardín, (¿dónde más estaría después de crear a los dos primeros seres humanos?) esperando que rezaran por su consejo sobre si las serpientes debían hablar, o por su ayuda para golpear a la serpiente.
Esperaba una oración que no rezaron, mientras que se quedaron sin una oración contra los engañosos poderes desinformativos del Adversario (Génesis 3:1-6). Después, «oyeron la voz de Dios que se paseaba en el jardín al aire libre, y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del jardín» (Génesis 3:8).
En el momento más crítico, Adán y Eva se negaron a rezar a Dios por ayuda. ¡Así que cometieron el error más colosal de la historia de la humanidad! Entonces, en lugar de rezar por el perdón, se escondieron de Dios y la humanidad se ha estado escondiendo de Dios desde entonces.
ORACIONES PODEROSAS
TIPOS DE ORACIONES DE PROTECCIÓN
Durante siglos la humanidad se escondió detrás de ídolos de piedra, metal y madera (el plástico, el celuloide y los discos digitales no habían sido inventados todavía). Con los ídolos, podrías hacer tu propio dios a tu propia imagen, en vez de al revés (Génesis 1:26-27). Podrías esconderte fácilmente detrás de un dios con el que te sientas cómodo, que no se meta en tu cara… porque ¿a quién le importa? Después de todo, tu dios no es un «quién»! Pero ten cuidado con la parte hueca.
Rezar a un dios que no está ahí, que está hecho a tu imagen, es muy parecido a rezar a ti mismo. ¡Eso es una gran ayuda! Y como ambos sabemos, la gente hace pobres dioses. Sin embargo, a través de todo esto, la verdadera oración al verdadero Dios vivió en la vida de unos pocos fieles. Y justo después de la mitad de la historia de la humanidad, la oración se aclaró de manera única. Aclarado por Jesús, cuyo papel era el de «orante» (en el extremo receptor de las oraciones) antes de su nacimiento humano, y que llegó a saber directamente lo que era ser el «orante».
Una vez Jesús encontró una higuera con nada más que hojas de higuera, como las que Adán y Eva trataron de esconder (Génesis 3:7). Al tener hambre, maldijo ese árbol y se marchitó y murió en un día. Impresionados, sus discípulos tenían que saber cómo el pobre higo podía abandonar la ósmosis tan pronto.
Explicando cómo la fe y la oración van juntas, Jesús les dijo a ellos y a nosotros que si tienes fe y no dudas, ¡también puedes freír higueras! Es más, puedes decirle a una montaña entera que salte al mar azul profundo, ¡y eso sucederá! «Y todo lo que pidáis en la oración creyendo, lo recibiréis» (Mateo 21:18-22).
En la historia de la oración es el gran poder sin explotar. Ha sido redescubierto por algunos como el Presidente Bush, pero es echado de menos por la mayoría de la humanidad porque siempre nos escondemos de Dios escondiéndonos detrás de las hojas de higuera de la educación moderna, del Hollywood mal valorado, del materialismo idólatra y de cualquier otra cosa.
¡Es hora de salir de detrás de los árboles del jardín y escribir tu propia historia de oración al Dios de la verdadera fe que te hizo! (Para saber más, solicite o descargue nuestro folleto gratuito, Puedes tener una fe viva.)