La Cruz de Caravaca cómo Protección
ORACIÓN DE PROTECCIÓN DE LA CRUZ DE CARAVACA
Según la leyenda, la Cruz – originalmente perteneciente al primer patriarca de Jerusalén después de la conquista de la ciudad por los musulmanes – fue llevada milagrosamente al castillo-santuario de Caravaca por dos ángeles, que también forman parte de las imágenes que componen la cruz.
El emir Ibn Hud, que extendió su poder sobre gran parte de Al-Andalus, dominó la taifa de Murcia. Cuando un grupo de cautivos cristianos llegó a Caravaca, el emir de la ciudad, Ceyt Abuceyt, preguntó al clérigo Ginés Pérez Chirinos, que vino entre ellos, cuál era su oficio. El clérigo Ginés Pérez Chirinos respondió que lo suyo era celebrar la misa, el emir ordenó que se le equiparan las cosas necesarias para satisfacer su curiosidad por el ritual cristiano.
Cuando el sacerdote dijo que necesitaba un crucifijo para tal necesidad, aparecieron dos ángeles que, llevando el medallón con el Lignum crucis, lo colocaron en el improvisado altar. La aparición milagrosa hizo que el emir y toda su corte fueran bautizados.
Once años después de la aparición de la Cruz, el reino murciano pasó al vasallaje del rey castellano Fernando III el Santo (1243-1244). La Cruz sirvió de bandera y talismán contra los posteriores ataques andaluces, especialmente los llevados a cabo por Muhammad ibn Nasr, emir de Arjona y Granada. Con ello, Caravaca se consolidaría como el bastión de la frontera hispano-islámica.
En 1942, el Papa Pío XII concedió a Caravaca un nuevo Lignum crucis. La ciudad celebró con grandes fiestas la restauración de la reliquia.
La devoción a la Cruz de Caravaca se extendió por todo el mundo cristiano, incluyendo Polonia, Francia, Alemania, Inglaterra, América, etc. – gracias a la Compañía de Jesús.
La ciudad de Caravaca de la Cruz celebra las Fiestas Patronales de la Santa y la Vera Cruz del 1 al 5 de mayo, reproduciendo con actos, procesiones y desfiles de moros y cristianos, el pasado medieval y religioso de la ciudad.
En la mañana de Los Caballos del Vino, el 2 de mayo, la leyenda de la ruptura del sitio musulmán a la fortaleza cristiana es recordada por algunos Caballeros Templarios. Dada la necesidad de beber bebidas, ya que los pozos están contaminados por los sarracenos, los cristianos trajeron a la fortaleza un poco de piel de vino atada a un caballo.
Así rompieron la valla andaluza y, ya a salvo, ese vino fue bendecido por la Cruz y arrojado a los pozos, purificando el agua y dejándola apta para el consumo. Esta tradición se recuerda en el día mencionado, cuando los jinetes de Caravaquén mecen un caballo y eligen cuatro representantes para correr una carrera en la ladera de acceso al santuario de la Vera Cruz.
A modo de oración de protección podemos rezarle a la cruz. Para ello cogeremos la cruz con nuestra mano mientras rezamos la siguiente oración:
Santa Cruz de Caravaca!
A tu poder me acojo,
Por mi Abogada te escojo,
Y si tu fuerza me saca
De la pena que hoy me ataca,
Te traigo en pena y señal
Incienso, mirra y copal,
Y con alma limpia y pura
Una pequeña figura
De mi persona en metal.
Cruz bendita y soberana
Que obras tantas maravillas,
Te alabo en frases sencillas
Cada dia de la semana;
Mi alabanza nunca es vana,
Pues ya no cabe ni duda,
Que al mundo tu fuerza escuda
Y a quien rendido te nombra,
Lo cobijas con la sombra
De tu poderosa ayuda.
UTILIZACIÓN PRÁCTICA DE LA CRUZ
La Cruz de Caravaca nos ayuda a protegernos de las malas energías, del mal de ojo y de las personas tóxicas.
Esta reliquia ha sido entregada al mundo por el altísimo y por ello debe ser tratada con la debida reverencia y respeto. Cuando hagamos la oración debemos saber que estamos invocando el más puro poder.
Realiza la Oración diariamente y verás como sus bendiciones envuelven a tu familia y entorno.