Arcángel San Rafael

ORACIÓN PARA LA SALUD Y ENFERMEDADES

Entre los tres arcángeles nombrados en la Biblia, San Rafael es probablemente el menos conocido. Esto se debe probablemente al hecho de que San Rafael sólo se encuentra en el Antiguo Testamento (y allí sólo en un libro no considerado canónico por los judíos o los cristianos protestantes), mientras que Gabriel y Miguel aparecen de manera prominente en el Nuevo Testamento.

Tradicionalmente, Rafael tenía una fiesta separada celebrada el 24 de octubre, aunque recientemente su fiesta se combinó con las de los otros dos arcángeles el 29 de septiembre.

San Rafael es un poderoso intercesor al que no debemos olvidar, especialmente en los momentos en que más necesitamos curarnos.

Rafael se encuentra en el Libro de Tobías, donde se revela como un sanador de la mente, el cuerpo y el espíritu. La primera parte de la historia bíblica narra la vida de Tobit, un judío justo que se encargó de enterrar a los muertos incluso cuando se lo prohibieron sus captores asirios. Tobit se quedó ciego después de que los excrementos de los pájaros cayeron en sus ojos. La ceguera duró varios años y envió a Tobit a una profunda angustia, creando en él el deseo de morir.

Al mismo tiempo había una mujer llamada Sarah que fue atormentada por un demonio. Se casó siete veces, pero cada vez su novio fue asesinado por el demonio en la noche de bodas, antes de que el matrimonio pudiera ser consumado. Ella también estaba profundamente deprimida y deseaba la muerte.

San Rafael fue enviado a ambos. Él logró su curación acompañando al hijo de Tobit, Tobías, en un viaje para encontrar un tipo especial de hígado de pescado con propiedades curativas. Rafael se disfrazó como guía de viaje de Tobías, y en esta tradición es a menudo invocado por los peregrinos.

En el camino de vuelta a casa, Rafael y Tobías se detuvieron en la casa de los parientes de Tobit, los padres de Sarah. Tobías y Sarah se enamoraron, y en su noche de bodas el juramento de amor casto de Tobías, movido por el poder angelical de San Rafael, derrotó al demonio.

Al volver a casa con su novia, Tobías puso el hígado de pescado en los ojos de Tobit y su ceguera se curó. En la fiesta de bodas de Tobías y Sara, la familia se volvió para agradecer a Rafael, quien sólo entonces se reveló como un arcángel.

La palabra Rafael en hebreo puede ser traducida como «Dios cura», «Divino Sanador» o «Remedio de Dios». Su misión angélica en la tierra es curar, lo que es muy importante para los que sufren de alguna manera.

Abajo hay una oración a San Rafael por cualquier intención que tengas, especialmente por cualquiera que conozcas que pueda estar sufriendo en este momento. A la luz de los recientes acontecimientos, todos debemos rezar por la curación de nuestro país, y de todos aquellos que sufren en la mente, el cuerpo o el espíritu.

ORACIÓNES PARA LA ENFERMEDAD

Oración al Arcángel San Rafael

«Glorioso Arcángel San Rafael,

medicina de Dios, que guiaste a Tobías en su viaje para cobrar la deuda de Gabelo,

le preparaste un feliz matrimonio y devolviste la vista a su anciano padre Tobit,

guíanos en el camino de la salvación, ayúdanos en las necesidades,

haz felices nuestros hogares y danos la visión de Dios en el cielo.

Señor, que diste a tu hijo Tobías como compañero de viaje al Arcángel Rafael,

concédenos la gracia de estar siempre protegidos por su custodia y asistidos por sus auxilios.

Por Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina por siempre. Amén.»

«Glorioso Arcángel San Rafael

Sé guía en el camino de la salvación,

en ruta al Amor Divino,

para ver reflejado en toda la creación,

el poder de regeneración y curación de Dios.

Te ruego que seas compañero

en este viaje por la vida

y un apoyo constante con la autoridad

que representa tu cayado.

Rodéame con tu capa,

y derrama tu medicina de luz

sobre todo mi (su) ser.

Gracias amado arcángel Rafael,

por tu amor sanador y compañía curativa,

en este sagrado peregrinaje del cuerpo,

para encontrar la unión con el alma,

según la voluntad divina,

de manera perfecta,

para el bien de todo el mundo,

y bajo la gracia de Dios.

Amén.»

En esta última oración si la petición la estamos realizando para una tercera persona, cambiaremos el nosotros por el nombre de esa persona para que se le desee recuperación.